Lo que no me quiero olvidar y lo que no me voy a olvidar

De los chocolates Cadbury que guardaba mi abuela Deli en los cajones de su mesa de luz, del mueble de la tele y del escritorio en Paraná,siempre dispuesta a compartir su sweet tooth con sus nietos. De las idas a comer a Los Maestros y a Los Inmortales. De los baños de inmersión, el regalo de shampoo y los paseos por Barrio Norte. De esa sensación de amor incondicional, de mi abuela elegante y siempre coqueta, con las manos hechas y el pelo impecable. De sus talcos de Martha Harff, de sus cuentos, del globo terráqueo que girábamos para ver a dónde íbamos a viajar, eventualmente. De la coca en botella de vidrio, las bombas de queso de la Gorda Julia, y su increíble mousse de chocolate. Del empapelado del pasillo de Paraná, de los tostados de jamón y queso y submarinos en cafés de la Plaza Vicente López. Misa en Las Esclavas o en San Nicolás, y quedarme a dormir todo el fin de semana en lo de mi abuela después de algún cumpleaños en el centro. 

De la primera vez que me dieron a Aline en brazos, la miré a los ojos y se detuvo el tiempo. De reconocer a esa persona y nunca, pero nunca volver a olvidármela. De su alegría, su curiosidad, su pasión por las canciones y las letras deformadas---Maluenita vivía enPehuajó. De de su risa estrepitosa, sus ojos chispeantes y su hoyuelo en el cachete izquierdo.De su amor por los books, los caballos, pintar, dibujar, comer, ir al campo, sus abuela Nana y tus tías. De su fantástica memoria, energía inagotable y sus abrazos y besos generosos.

De cuando me dieron a Frankie, tan rápida y repentina su llegada. De mirararlo y decirle, bienvenido al mundo. De lo mucho que creció en estos tres meses y medio, su sonrisa desdentada y amorosa, de cómo se le achinan los ojos cuando se ríe. De su curiosidad y entusiasmo por todo lo que lo rodea y su capacidad de comunicarse sin decir una sola palabra. De su complicidad con su hermana mayor, y las sonrisas que le dedica. De las largas horas de amamantarlo y darle besos en plena cuarentena. Mi patronus de cuarentena.