Es temblar de los nervios a que te pasen a buscar por tu trabajo del averno a la encantadora medianoche de un jueves de invierno, mientras usas un vestido azul marino de inspiración netamente lady grunge, un viejo montgomery burns con capucha y borcegos y un treinteañero de sonrisa deslumbrante te abra la puerta del auto.
Es quedarte hablando hasta la madrugada, robar -sin querer-vasos de un bar del microcentro y besos en el auto hasta que una perra loca entre a hacerse amiga. Se hace amiga, y sigue con nosotros.
Es que dos de las cosas que más feliz te hacen sucedan en una misma semana, en un mismo día, casi, en tu época preferida del año: publicar una nota en inglés, y ponerte de novia (aunque obviamente, en el momento no lo sabes) en un bar de cerveza (años luz antes de la movida artesanal) y con aroma a jazmín del cabo en el aire.
El amor es traer a tu novio al cumpleaños de tu madre y que conozca a toda tu familia de un saque, y que después vos hagas lo mismo en pleno verano en el cumpleaños de su madre (que fue compañera de colegio de la tuya, because, of course).
Amor es verte solo los fines de semana durante un año y medio hasta que el hartazgo llega a un nivel visceral y priorizas tu relación y tu vida privada por sobre un trabajo que cumplió su ciclo.
Amor es entender, es escribir, es planear regalos sorpresas y viajes, compartir enormes diferencias y reírnos de los mejores sobrenombres de la historia.
Amor es casi cortar y saber perdonar, y volver a empezar, y medir palabras, y conocer amigos, y guardar secretos, y compartir historias que jamás nadie va a saber, porque nos pertenecen a nosotros y a nuestra vida juntos,
Amor es afianzar, alentar al otro a crecer en todas las formas y miradas posibles que tiene esta vida, que son múltiples y variadas y eternas. Amarnos en nuestras diferencias y ahondar en eso que no se puede definir, que nos une.
Amor es decidir vivir y juntos en un barrio callado, precioso y no aún invadido por hipsters de zona norte, son noches en moto por la av. Libertador y negociar las pequeñas idiosincrasias de una mudanza y las caras de las distintas reacciones.
Es compartir veranos en La Catalina, viajes relámpago a Mar de las Pampas y darse cuenta, después de sobrevivir juntos 2 accidentes serios en cuatro meses que this is it para toda la vida.
Amor es quedarse más allá de todo, de elegirse una y otra vez, de aprender a ver el mundo de otra forma, de negociar, compartir, reírse a carcajadas en karaokes desafinados y soportar mis soliloquies de llanto.
Es saber que shit got real y tenerse al otro, siempre. Es a veces no poder tolerarse ni mirarse a los ojos y otras tantas de despertarse con una felicidad pletórica que estalla y de no poder creer que la suerte que tenemos de ir juntos por esta vida.
Amor es eso, y tantas otras mínimas y enormes cosas que podría pasarme la vida entera escribiendo y no les haría justicia.


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